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Asieso

En la vertiente meridional del monte de Asieso, a 853 metros de altitud, se asoma al río Aragón esta localidad al noroeste de Jaca desde la que se disfruta una de las más bellas panorámicas de la solana de Jaca con el Oroel al fondo. Pertenece al municipio de Jaca desde 1862 y antes lo fue del de Banaguás.


Su población no creció significativamente hasta el siglo XVIII y desde mediados del siglo XIX comenzó un lento descenso. El fogaje del Reino de Aragón de 1495 le otorgaba 3 fuegos. En la primera mitad de siglo XVIII se indicaba que había en Asieso “8 casas, 8 vecinos y 80 almas”. En 2003 contaba con 21 vecinos.

HISTORIA

Son numerosas las referencias escritas medievales en las que aparece mencionada. La primera data del año 1034 y en ella se alude a unas viñas de la localidad que eran parte de patrimonio donado al monasterio de San Juan de la Peña por Oriol, rector de la iglesia de Guasillo. Los viñedos de Asieso, hoy desaparecidos, alcanzaron cierta fama en el pasado y las menciones a ellos son relativamente abundantes.

Fue posesión del rey de Aragón y, como tal, formó parte en 1086 de la dote de la reina Felicia, esposa de Sancho Ramírez. En 1393, Juan I la incorporó a la ciudad de Jaca, también de realengo, situación que no varió hasta el siglo XIX.
Su iglesia, aparte de ser mencionada en un documento falso de 1063 que la hacía donada a la catedral de Jaca por Ramiro I (falsificación realizada en el siglo XII para legitimar los derechos del obispado de Jaca), fue cedida en el año 1202 por el obispo de Huesca-Jaca al hospital de Santa Cristina de Somport para el mantenimiento de sus pobres, de donde pasó en el siglo XVII a los dominicos de Jaca.

ARQUITECTURA RELIGIOSA

La iglesia de San Andrés, cuya silueta se recorta inconfundible sobre el promontorio en el que asienta la población, estuvo dedicada originalmente San Martín de Tours, patrón de la localidad. Es un magnífico ejemplo de las pequeñas iglesias románicas, de una nave con cubierta de madera y ábside semicircular abovedado, realizadas por canteros locales a la manera de los maestros lombardos. Esta influencia del “románico lombardo” se aprecia en la forma de trabajar la piedra y en la característica decoración mural de arquillos y lesenas (pilastras) que decoran el ábside. La portada se sitúa en el muro meridional (abierta de nuevo tras la restauración de la iglesia en 1970), en el que se abren también dos vanos aspillerados que iluminan levemente el interior. La iglesia conserva dos interesantes piezas románicas: la pila bautismal, con estrellas y símbolos solares grabados, y un capitel con la escena de “Daniel en el foso de los leones”, reaprovechado como pila benditera y que, según tradición, procede del claustro de la catedral de Jaca. La torre campanario, adosada al muro occidental, es posterior. Muy próximo a la iglesia se sitúa el cementerio, cercado por una tapia.

ARQUITECTURA POPULAR

En la parte más alta, se conserva un conjunto de tres casonas y una capilla de los siglos XVI y XVII que bien pudo ser el segundo emplazamiento que tuvo la población. Originalmente situada junto a la iglesia, la inseguridad provocada en torno a 1560 por la entrada de hugonotes franceses obligaría a buscar una ubicación más segura, de ahí también la presencia de aspilleras y vanos muy pequeños tanto en las casas como en la capilla. Las tres casas pertenecieron en origen a tres familias distintas y acabaron unidas formando Casa Escabales, que estuvo habitada con continuidad hasta los años treinta del siglo XX.

FIESTAS Y TRADICIONES

Asieso celebra sus fiestas el 11 de noviembre en honor de San Martín de Tours.